jueves, 3 de julio de 2014

DIÁLOGOS CON SUPERMAN







No todos los días pudimos decir que estuvimos de platique con un super héroe. Al menos lo era para aquellos quinceañeros que creían saberlo todo y que por encima de todo eran unos cabroncetes.

Y de repente apareció un septiembre de 1988, un profesor alto, de aspecto desgarbado, vaqueros azul pálido, gafas de pasta de color negro, portando en brazo una mochila de color rojo chillón y sobre todo aquel flequillo ondulante a lo Clark Kent, que sobrevolaba Maristas con una Vespa clásica de color blanco marfil.

Era una época en que nos quedábamos huérfanos de profe de inglés después de que se nos marchara del colegio nuestro querido y difunto Mr Jack, y nos quedábamos sin puntos de referencia en inglés, al menos en 2 de BUP. Solo sabíamos que en 3 de BUP-los mayores –y en COU-los super mayores-nos esperaba un áspero profesor castellano-leonés apodado «el albondiguilla».

Pero este Clark Kent vino a revolucionar en pocas semanas los paradigmas de la enseñanza, al menos en inglés. De nombre Manolo y apellido Campillo, fue reclamado por nuestro entonces Director Don Aurelio Santamaría Barriocanal-si la memoria no falla-, recién terminada su carrera de filología inglesa, a hacer una sustitución efímera de semanas, pero nadie esperaba  y menos aún él, que fuera para todo el curso escolar, por azares del destino.

Sus clases nada tenían de convencional, aunque intentó serlo de primeras. Algo de teoría, que si condicionales por aquí y repeticiones de interminables y aburridas pasivas en el santo idioma anglocabrón por allá. 

De repente un gesto espontáneo con la mano alzando a las gafas de culo vaso que se desplazaban por el rail del hueso de la nariz y una frase que entonaba y rompía el molde gregoriano de las clases anglosajonas «¿Queréis que os cuente mis aventuras de motero mochilero y con la caravana de vespas en England?». Ahí todos gritamos un sonoro y estridente «Sí» al unísono. Al instante D. Manuel Campillo se convertía en Superman, solo le faltaba desabrocharse la blusa blanca y dejarse ver en la pechera el anagrama de la S de Super y como si fuera una metralleta empezó a hablar en un inglés fresco, espontáneo y de una velocidad pasmosa. Entonces yo pensé, ¿cómo coño puede hablar más rápido en inglés que en español?.

Las clases día a día hacían virajes hacia la espontaneidad-para otros el caos absoluto según se mire-, o al menos la que le dejábamos que hiciera, pues efectivamente éramos unos cabronazos de campeonato. En una de estas, nos aparece Manolo Superman con una retahíla de folios con letras de las míticas canciones de Freddie Mercury de Queen, con "It´s a kind of magic", "We are the champions", "I want to break free" o "Who wants to live forever", que tanto nos recordaba a la película Los Inmortales.

Un año para no olvidar, pues nunca más supimos más de aquel profesor joven y entusiasta cuando en 1989 nos tocó el Albondiguilla.

Décadas después tuvimos la oportunidad de conocer la faceta más humana y sencilla de D-Manuel Campillo, quién aceptó gustosamente compartir unas horas con estos cabroncetes hoy ya cuarentunos y bajo el padrinazgo de Don Jerónimo Roca quien tuvo como siempre el detalle y la generosidad de ofrecernos su nuevo local-Garum- para estos entrañables encuentros.

No pudimos dejar escapar la oportunidad de hacerle un pasillo a la entrada del local con la música de la banda sonora de Superman que inmortalizó el mítico John Williams. Entre risas, copas de vino de Rueda y Ribera del Duero, un buen surtido de tapas elaboradas que no defraudaron y puntas de solomillo, pudimos 15 malévolos exalumnos trasladarnos a 26 años atrás, total nada.

De colofón y con una tarta de postre festejando el 50 cumpleaños de Manolo Superman cuyas velas pudo apagar-como así lo pidió David Peñalver- de un solo resoplido, y bajo la música de John Williams, dimos a paso a las copas y con los ojos entonados y el estómago saciado empezamos esta vez juntos a cantar en inglés el Super Superman don´t you understand I love You?...de Miguel Bosé.

Lo mejor llegó al final como en las buenas películas o las buenas novelas, y D. Manuel Campillo pudo pronunciar unas palabras llenas de afecto, madurez, sencillez del que es campechano y con una sonrisa facial, que mostraba su felicidad sincera de este reencuentro Marista y en las que enfatizó lo importante de ser profesor y de tener vocación –por extensión a todos nosotros y a nuestras profesiones- para mantenerse en activo y con fuerza después de 27 años ejerciendo la docencia, para acabar con la copa en alto y brindarnos sin rayos láser un simple gracias por todo…

Desde este blog, decirte Manolo que las gracias te las damos a ti y desearte suerte como siempre. No es fácil para un docente aguantar lo que viene y lo que está por venir de las futuras generaciones.

Fuiste un héroe y un mito para nosotros, con mochila y Vespa incluidas. También podemos decir de nosotros mismos que no te hemos olvidado y que fuimos tu primera promoción de alumnos cabroncetes….

Hasta siempre Manolo, hasta siempre Superman...


Paco Vera

martes, 22 de abril de 2014

MIGUEL MAAÑÓN MONTAÑA:" ERAN OTROS TIEMPOS "






ERAN OTROS TIEMPOS:

A. Sonaba el himno nacional, cada mañana, y formábamos ordenadas filas, que debíamos respetar, para entrar en clase.

B. Yo, como la mayoría de los varones de mi quinta, aquí presentes, soy un producto de lo que ahora llaman educación segregada. No voy a valorar las ventajas ni los inconvenientes de dicha educación. Los que la vivieron conmigo saben de que hablo.

C. En ese grupo segregado de varones ligeramente hormonados, llegó en algún punto a 6º curso de Educación General Básica, que es el nombre que tenía el último curso de la educación primaria de entonces.

D. El sexto curso significaba un cambio importante. Los alumnos abandonábamos el esquema de profesor-tutor y comenzábamos con un esquema de profesores-especialistas.
Nuestra memoria colectiva comprende varias clases magistrales, que seguro se repetían cada año:
e.j.This is  a  pen.
 This is a  blackboard...

Entre esas clases de especialistas todos pasamos por las manos de nuestro homenajeado de hoy. Licenciado en educación física por el Instituto Nacional de Educación Física. UPM Madrid Muchas gracias Felipe. Me siento honrado de decir que yo fui alumno tuyo.

Felipe, hoy te quiero agradecer todas tus chanzas y tus gritos. Esa capacidad que tenías para domar a los animalillos hormonados que hacían de tus días un reto diario. Qué digo diario horario.

El cambio de clase anunciado por los timbres para ti suponía un cambio de ganado. Y pasabas de los corderitos de sexto a los cabritos de 8º o a los toritos de 2º BUP. Todos segregados y hormonados... Una manada de hormonas con ganas más de escaquearse que de darle dos vueltas al perímetro del colegio.
Hay muchos que te debemos tanto.

Tú nos ayudaste, de una forma noble y ejemplificadora, a convertirnos en los hombres que somos ahora.


Por eso y por más motivos que el pudor me hace guardar para mí te hago partícipe de mi profundo y sincero agradecimiento.


Profesor de gimnasia vamos. Pero no solo eso.



Miguel Maañón Montaña, 21 de abril de 2014

domingo, 20 de abril de 2014

HOMENAJE A DON FELIPE FAURA: UN GRANDE DEL DEPORTE EN MARISTAS-CARTAGENA







Probablemente no sea del todo consciente la institución Marista de Cartagena lo que acaba de perder, tras la marcha de D. Felipe Faura Molina, -cosas de la edad y de la jubilación, todo sea dicho- como profesor de Gimnasia, entrenador de Balonmano y promotor del deporte en Maristas y en Cartagena.

En la vida hay maestros y profesores que te marcan, que hacen que tu paso por el colegio no haya sido un mero trámite académico, sino toda una experiencia de vida al lado del deporte. D. Felipe Faura encarnó a todo un personaje y una figura humana que transmitió fuertes vibraciones desde el minuto uno de empezar una clase de gimnasia en los vestuarios, tratándonos como él nos decía hasta la saciedad con todo el cariño y respeto del mundo   “venga nenes , nenas, quítense los pendientes, los bragueros, las medias, y vístanse que empezamos en unos minutos…». Entonces, en aquella época no éramos un colegio mixto. Sólo se respiraba sudor y testosterona.

D. Felipe se pudo limitar a ser un profesor de Gimnasia más, uno que se limitara al protocolo que marcan los manuales, que si estas tablas por aquí, unos calentamientos y estiramientos por allá y unas vueltas o rodeos por el campo o por la famosa «senda de los elefantes». No señor, D. Felipe Faura siempre tuvo amplias miras y quiso exigir e imponer un modo de vida y unos principios inquebrantables: puntualidad, exigencia, compromiso, respeto y legalidad. Todo lo demás se hacía fácil. Una muestra de ello, fue el espíritu de superación del alumnado por participar en los campeonatos de Navidad  Marcelino Champagnat de Campo a través o campeonatos de atletismo de fin de curso que organizaba el colegio, culminándose con un  riego de medallas y diplomas que iban y venían para los competidores. No era pues casualidad que cada dos años, Maristas Cartagena disponía de un equipo competitivo en Cross o Campo a través en las categoría de alevín, cadete y juvenil y que casi siempre ganaban las distintas promociones los campeonatos regionales o provinciales.

Felipe no se detuvo ahí, pues siguió la tradición del balonmano de su mentor y maestro D. Antonio Ros, e hizo de este deporte la señera y el buque insignia de los deportes de Maristas Cartagena durante décadas. Nunca olvidaré su figura imponente, su voz tronante, sus yugulares congestivas ante el cabreo majestuoso que manifestaban sus ojos y el vaivén de su gran cabeza barbuda y sus ademanes y gestos inequívocos de inconformismo en la pista de Balonmano para exigir hasta la perfección a los jugadores de Balonmano, ya estuvieran machacando al rival o estuvieran perdiendo por la mínima.


En Balonmano todos admirábamos a nuestros promociones mayores, que cumplían a rajatabla el orden disciplinario y los valores de Maristas dando como testimonio el  entrenar varios días a la semana a las 7:50 AM bajo el frío húmedo de Cartagena, o dejarse la piel en los campeonatos del Sector, lo cual, nos estimulaba a los que éramos más jóvenes a formar parte de esa gran comunidad deportiva.

El pasado sábado 19 de abril, vimos cumplir un sueño tras hacerse realidad el Homenaje a D. Felipe Faura en el Palacio de Congresos de El Batel, en donde se dieron cita unas doscientas personas, la mayoría antiguos alumnos de distintas promociones del Balonmano, Cross o Baloncesto.

 Como era de esperar, se quedó atónito y perplejo ante esta caluroso homenaje manteniéndose erguido, firme, aunque con los ojos congestivos de intensa emoción cuando se le expuso en un vídeo-montaje una lluvia de fotografías de decenas de promociones a lo largo de 40 años de servicio al deporte en Maristas.

 Tras el mismo, se le dieron unos regalos, trofeos y bufandas alegóricas al balonmano y al colegio Marista Cartagena y tras exponer los mismos ante el público, se dispuso a coger el micro y  tomar la palabra en la que una vez más nos brindó con un gesto de su  generosidad al recordar la figura y memoria de D. Antonio Ros, al gran maestro de maestros en el deporte de  Cartagena, al que se le debió mucho y a quién no fue reconocida su labor en su justa medida. También evitó nombrar a nombres de personas, para que no quedara nadie fuera del recuerdo y de su gratitud, y quiso compartir el premio de la victoria con “todos sus jugadores”, pues la victoria era para que la disfrutaran ellos y no él, según sus palabras.

En esta fiesta del deporte compartimos momentos de gloria varias generaciones del Balonmano, desde la primera en los años 70, con Paco Huertas, Pepe Contreras o Pepe Quiñonero a la cabeza, otras posteriores como las de Gracia, Suso, Quiñonero o la de Felipe Montoya, Juan Carlos, o Pablo Soler. También fueron alumnos representantes presenciales de nuestra gran promoción del 86 y 88, con Nacho, Torres Astondoa, Cabezos, Perico Arroyo y un servidor que les escribe. No faltó generaciones más jóvenes, como la de Quino, Herrero y compañía y un largo etcétera que cerrarían los cadetes actuales que han ganado el sector regional y se irán próximamente a competir en nacionales.

No faltó en este gran encuentro de amigos la presencia impagable de los hermanos Isaac y Alberto que durante décadas sirvieron de apoyo a Felipe en los entrenamientos, desplazamientos, enfermería, y una labor silenciosa de entrenamiento y formación con las más pequeños y benjamines.

No tendría fin el hablar de la figura de D. Felipe Faura y uno caería en el error del mero recuerdo personal. Sí que nos ha advertido en su homenaje, que el Colegio Marista debe hacer una reflexión interna si no queremos que no decaiga o simplemente desaparezca el Balonmano en nuestro colegio tal y como lo conocemos, merced a la irrupción de nuevos y numerosos deportes y a la dificultad para mantener en los presupuestos anuales el Club Balonmano Marista.

Desde este humilde blog, darle las infinitas gracias muchos compañeros de nuestra promoción, a los que has invitado a hacer del deporte parte intrínseca de nuestro espíritu de superación, del espíritu de lucha ante la vida, de ofrecernos grandes valores como personas.

Gracias por todo y hasta siempre Felipe


Paco Vera









viernes, 4 de abril de 2014

VÍCTOR HERRERO PADRÓN: " EL ESPÍRITU MARISTA"







MARISTAS: un término que adquiere toda su significación y calado veinticinco años después de dejar atrás esa maravillosa etapa en la que cursamos estudios.

Sin darnos cuenta, al cruzarnos por la calle, en el cine, en el parque con nuestros hijos, el término Marista emerge para demostrarnos que tiempo atrás nos hizo crear unos lazos y un espíritu grabado a fuego.

Compañeros de promoción que hacía años que no coincidían, hablan y recuerdan como si los días, los meses y los años que ya pasaron no hubieran existido, como si las aulas estuvieran ahí, esperando el transcurso de un fin de semana para volver a acogernos.

Esos lazos invisibles nos hacen sentirnos partícipes de algo más importante, de un vínculo común que nos marca, que nos une, que nos invita en cada encuentro casual a creer en un alma colectiva.

Un alma que moldearon aquellas personas que pasaron por nuestras vidas, bien en forma de profesorado, bien como Hermanos Maristas, bien como compañeros.

Hermanos, profesores y compañeros, un todo cuyos recuerdos, experiencias, enseñanzas y relaciones  conformaron lo que somos hoy en día, personas de bien y alumnos Maristas, ayer , hoy y siempre…..



domingo, 23 de marzo de 2014

UNA NOCHE MEMORABLE CON D.LUIS MURILLO Y D. CRISTÓBAL QUESADA






Fue uno de esos días para no olvidar, un veintinueve de Junio de 2013, algo más de veinte camaradas de Maristas cosecha del 72, reunidos en el reservado de la Terraza del Sol con el beneplácito de Gerónimo, y con el lujo de compartir grandes momentos con D. Cristóbal Quesada y D. Luis Murillo, profesores muy queridos de Física/Química y Biología respectivamente, e invitados para rememorar viejos tiempos.

La noche no defraudó y los invitados de honor menos aún. Gerónimo nos obsequió con una cálida bienvenida y unos Martinis, tapeo, cañas y demás vinos blancos en la recepción del restaurante para ir calentando motores. Y de repente D. Cristóbal y D. Luis aparecieron como estrellas fugaces, haciendo gala de la simpatía de la que gozan en nuestra promoción. Don Cristóbal, a lo clásico, vestía un pantalón liso color beis y una fina blusa de tonos claros de mangas cortas con finas rallas verticales, D. Luis un polo rojo remetido en unos jeans azules claros made in 1990. Carcajadas, abrazos, bromas y cachondeos no faltó. Tras la llegada en salvas de los compañeros y un buen rato de picoteo, llegó la hora de sentarse y coger acomodo en el reservado.

Gerónimo no dio lugar a vaivenes. Cerró la puerta del reservado y dio orden y mando a dos camareras con los Jeans bien ajustados a nuestra disposición. Todo un lujo y deleite, hay que decirlo, para el sentido de la vista, que no del tacto. A partir de ahí entrada a raudales de platos al centro, uno detrás de otro, como si Geromo pensara que somos inmortales comiendo. No faltó la visita del Chef italiano Giuseppe para comprobar si todo iba bien, sacando a relucir una camiseta blanca ajustada que exponían unos musculados bíceps y pectorales. Risas, fotos y anécdotas, más cerveza, y más vino.

Y llegó la hora de la verdad. De repente y sin previo aviso repartimos un folio en blanco y un bolígrafo a cada ex-marista dirigidas a D. Luis Murillo y D. Cristóbal, y decidimos por unanimidad preguntarles por la auténtica verdad de las leyendas urbanas que giraban alrededor de estos dos grandes profesores.

La mayoría de las preguntas iban dirigidas a D. Luis Murillo, pues ciertamente había historias que ya no eran leyendas, sino mitos que iban pasando de generación a generación y a los que había que darles un sentido, bien para desmitificar o para confirmarlas como verdaderas.

Y sorprendentemente no íbamos tan desencaminados. Efectivamente pudimos comprobar que las mayorías de historias y leyendas del "Murillo" tenían una base real, a las que había que añadir ciertas aclaraciones y anotaciones más propias de la marca Murillo.

Entre estas leyendas habría que destacar que D. Luis efectivamente asistió junto a un estudiante de tercero de Medicina en Granada a un sujeto yaciente para hacerle una traqueotomía ya que se estaba ahogando por atragantrarse por algo que ingirió y pasó a las vías respiratorias. Ojo, no la hizo Murillo, pero si ayudó y asistió a su compañero estudiante, y este acto médico se hizo a cuchillazo limpio, y nada de puntas de bolis BIC como aseguraban las leyendas urbanas. Por otro lado, atestiguó que era falso que corriera con el mítico atleta Abascal, pero sí nos confirmó que conoció e hizo amistad en la mili al gran corredor de 1.500 metros José Luis González. También confirmó que conoció a Bibi Andersen, vecino de su barrio malagueño, a quién apodaban como «Manolo la Guapa».

Las historias no paraban y se sucedían una detrás de la otra ante la mirada atónita de los ex-alumnos entre admiración, carcajadas o un aplauso prolongado. Una de las historias más espectaculares, sin duda alguna, fue la de atender con otros amigos de peñota, en Málaga, a un buceador que tenía la espalda despellejada, sin piel, tras sufrir la picadura de una gran medusa sobre el dorso, dejando expuestos los músculos y dejando entrever los huesos de la  columna vertebral. Negó con rotundidad que fuera producto de una Raya o una Manta, y sí de un celentéreo tipo medusa. 

Otra de las historias confirmadas fue la de ver a un sujeto que se tiraba de un balcón, viendo como el cuerpo se aplastaba en el suelo, esparciendo sus vísceras por el suelo, incluso describiendo tras el choque inevitable con el suelo como el cuerpo rebotaba en el aire unos centímetros a ras del suelo. A mi querido amigo David Peñalver, a mi izquierda, no le salían las cuentas de las leyes más fundamentales de la física clásica para explicar este evento y que incluía caída gravitatoria, aplastamiento y rebote retrocinético de parte del cuerpo hacia el aire de nuevo. Yo no protesté, al fin y al cabo soy un exalumno de la clase del B, de biológicas, no de ciencias exactas, y soy crédulo.

Por supuesto D. Luis negó o no recordó-faltaría más- que con un cuchillo de cortar queso matara a un tiburón o escualo-una historia quizás más propias de leyendas de otro querido profesor como el difunto Mr. Jack- y también negó el que hiciera carreras de Rallys con Carlos Sainz, pero sí nos rememoró, cuando por aquél entonces era un buen mozo, el que derrapara con su emblemático Mini cuando circulaba a gran velocidad por la misma avenida principal de Los Belones, haciendo un auténtico trompo al perder el control del volante. Tampoco faltó el que nos contara con todo lujo de detalles como llegó a adquirir una de las primeras videocámaras en Cartagena- o la primera quizás- y nos deleitó con seguir nombrando en latín las principales conchas y caracolas que los propios alumnos recolectábamos para culminar nuestros trabajos de Biología, y que sirvieron para embellecer numerosas cajas de zapatos.

Don Luis sí confirmó que estudiaba unas 12-14 horas al día, escribiendo y repitiendo hasta la saciedad sus apuntes en el papel, el que se iba de discotecas en la noche previa a los exámenes, pero negó que fuera el nº 2 de su promoción como muchos de nosotros recordábamos, afirmando que se quedó en un memorable 6º puesto. D. Luis no defraudó ni siquiera en la última historia en la que llegó a negar parentesco con otro profesor llamado Murlilo de la Universidad de Granada en donde nuestro compañero maristiano Lorenzo Maciá estudió-o hacía como que estudiaba-, pero sí comentó que un catedrático de su facultad apellidado también Murillo, falleció en extrañas circunstancias aplastado o triturado o cortado por la mitad cuando estando dentro de un ascensor se dispuso a salir de la puerta y de repente se puso de nuevo en funcionamiento el elevador.

Como podéis imaginar queridos amigos, compañeros y lectores, nosotros mismos estamos dando pábulo a nuevas historias y leyendas de D. Luis Murillo que pasarán por supuesto a los anales de la historia de Maristas Cartagena y que alimentarán nuevos sueños y fantasías en las próximas generaciones de Los Maristas, sin lugar a dudas.

Don Cristóbal Quesada ciertamente quedó tan atónito como nosotros, y solo pudo comentar con la grandeza de los grandes maestros, que las respuestas de D. Luis eran más espectaculares que las propias preguntas de los exalumnos. Don Cristóbal no tiró de grandilocuencias pero sí nos repitió y nos confirmó a nosotros como al resto de promociones lo inútiles que éramos, teniendo que asistir a viejas fórmulas para que entráramos en razón, como tener que explicar que 1+1 eran igual a 2, o que dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno daba como resultado a la principal fuente de la vida, el H20.

Fue una noche memorable, un viaje a nuestro pasado, un regalo en esencia de dos grandes profesores, de dos grandes profesionales y maestros de la vida, que nos han ayudado a formarnos no solo como profesionales, sino sobre todo como personas, y que no han escatimado esfuerzos en estar al lado del alumnado en los momentos buenos y en los más difíciles, sacando lo mejor de nosotros, y dejando atrás las tonterías de imberbes e insolentes adolescentes.

Permítannos pues, queridos D. Luis y D. Cristóbal, este pequeño tributo de una promoción que se ha sentido en deuda con ustedes y que simplemente quiere agradecerles la buena huella que nos ha dejado para siempre en nuestros corazones.

Con mucho cariño, la de un servidor y la de toda una promoción Marista, la de 1978-1990.

Paco Vera









miércoles, 19 de marzo de 2014

SALUDOS Y BIENVENIDA







Estimados amigos/as y compañeros/as de Promoción Maristas Cartagena:

En primer lugar agradeceros vuestra colaboración por poner en marcha este pequeño y modesto proyecto de hacer un BLOG con motivo del próximo 25 Aniversario de nuestra promoción 1978-1990 de Maristas-Cartagena el próximo año 2015.


La idea y que ya expresamos algunos compañeros en anteriores reuniones-quedadas de antiguos compañeros de Maristas era la de rescatar y relatar nuestros recuerdos más entrañables durante el tiempo que convivimos juntos en nuestro querido Colegio La Sagrada Familia, ya fuere en EGB, Bachillerato como COU.


Lo principal es dejar reflejo de nuestro paso por el Colegio y la huella impresa que en mayor o menor medida nos ha dejado a cada uno de nosotros. Cada uno lo expresará de distinta forma y manera.


La extensión es libre, y el carácter es voluntario. Vuestros comentarios o recuerdos los podéis dejar como comentario en el BLOG o si queréis (yo así lo prefiero) me lo podéis enviar en formato Word a mi correo electrónico franciscovera72@gmail.com y en donde me podéis remitir una foto vuestra o de grupo con vuestros nombres y apellidos para que se os pueda identificar y así después publicarlo al ser yo el administrador de este Blog.


Tenemos todo el año para que podáis remitirnos vuestro escrito (uno o varios escritos o capítulos, una hoja o varias hojas, como queráis) y al inicio de 2015 valoraremos en una imprenta hacer un cuaderno-Libro de «MIS RECUERDOS FAVORITOS», que se os entregará el día del ANIVERSARIO, que como se ha publicado previamente tendrá lugar el sábado 28 de Marzo de 2015, víspera del Domingo de Ramos.


Como es obvio, tenemos libertad de expresión, podemos utilizar apodos y motes, pero sí os pedimos que impere como siempre el respeto por las personas o compañeros con los que hemos convivido o compartido experiencias.


Como consejo a la hora de escribir o redactar recomendamos que lo hagáis cuando tengáis un rato libre y estéis tranquilos, haced previamente vuestras notas para que no se os olvide cosas relevantes, y lo más importante,  escribirlo de forma sencilla y sincera. No os preocupéis por faltas de ortografía ni por erratas, pues se intentarán subsanar.


Desearos lo mejor a todos y todas y nos gustaría que hubiera la mayor participación posible, para lo cual rogamos la máxima difusión del mismo.


Un abrazo a todos, y ¡ÁNIMO, EMPEZAMOS YA!



Paco Vera